La noche del viernes, una enorme luna llena iluminaba el Ayuntamiento de una ciudad que, la mires por donde la mires, te absorbe hasta querer quedarte mucho más tiempo.
Así llegaban los amigos y familiares de Mar, desde el corazón de Mallorca en su mayoría, ataviados con sus «sanayas» llenas de galletas de Inca, trajes de gala y con ganas de sentir de cerca porqué Mar se fué, además de por amor, a la isla vecina.
Los dias grandes los hace la gente. En el caso de la boda María del Mar y Miquel, suponemos que viviendo en Menorca y acostumbrados a albergar en su ciudad, Ciutadella, la semana más grande de las islas, éste no era reto difícil.
Podríamos estar horas hablando del trabajo que hizo María del Mar, de como personalizó hasta el más mínimo detalle cosas que a nadie se le ocurrirían, de como esa parte artística y llena de modestia adornó una boda que nos trasladó a la Menorca más artesana.
Y esa artesanía, buen hacer, paciencia y sobretodo dedicación se acaba reflejando en la vida; en las relaciones personales. Lo que se vió en la boda de Mar y Miquel fué una explosión de sentimientos, de amistad, de cariño y sobretodo de amor, ese amor que es tan difícil de explicar con palabras, pero sus mejores amigos nos lo hicieron entender en forma de verso, poesía, o texto, porque es una de esas parejas a la que todo el mundo quiere, desea y cree que durarán para siempre.
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Juntos compartimos sueños - Señor y Señora Smith -Historias de Boda-
[…] nos preguntamos ¿y el próximo año? ¿tendremos la suerte de que nos encuentren parejas como Mar i Miquel? ¿Como Núria y Dani? ¿Como Rebeca y Javi? ¿Disfrutaremos tanto como con ellos haciendo […]